cinco de la tarde
30 grados y 75 por ciento de humedad;
el día se carga
y dispara
nadie ríe ante el impacto.
debía yo ser muy anciana desde hace mucho
años enteros como crema espesa;
el cuerpo resistió como pudo
pero al final vence el tiempo que es un clima a su modo
un clima bastante pesado
una máquina a toda velocidad dirigida hacia uno
pongo la mano
la cara
pero la máquina no se detiene
¿el amor?
no, de eso ni idea.
supe de oficinas, de jefes extraños,
de ir apretada en un autobús,
del calor, del frío, de los chapuzones, de la fiebre,
de los hijos que perdi,
de pagar la renta apenas, a secas, entre dientes;
el amor no, ni idea.
eso es para ricos,
las casas con alberca, criadas tímidas,
chofer a la puerta y ropa lujosa:
y el amor llegará solo, sin que nadie mueva
un dedo;
se pondrá en la puerta de esa cocina limpia donde la criada y el chofer se enredan
en un adulterio voraz,
pues la criada tiene cinco hijos y nada de gana de dejar a su marido.
el amor es así,
como ese Yahvé del Antiguo Testamento: irracional, vengativo y bastante infantil.
a veces creo que el tiempo pasó muy rápido, pero la mayoría de las veces
soy ese avión que parece que avanza pero sólo está suspendido
durante mucho tiempo en un pedazo de cielo.